Para la clase ha resultado de un particular signficado el lugar del salón, más especialmente el ruido que no deja de acompañarnos. Dos trabajos de alguna manera tuvieron que ver con ese ruido "de fondo". Para mí uno de los temas cruciales a la hora de pensar en el continuo es la noción de "fondo", que resulta ser como el continuo fundamental donde se instalan las entidades. Uno de los encuentros recurrentes en arte y matemáticas tienen que ver con la naturaleza elusiva del fondo, con darse cuenta como todo aparente fondo está en otro fondo... y el fondo fondo se hace inaccesible. El lienzo que parece fondo continuo y que se revela textura y tejido y llega a rajarse con la navaja. Y también está, allí, en el borde, el marco. Y el marco del marco. Como al poner atención al fondo deja de ser fondo y se vuelve figuras. Pero hay figuras que saltan a la vista y otras que se esconden. Podemos pensar en lo que se escuchaba en la grabación que nos puso Carmen y cómo la voz establecía su protagonismo por encima de los demás ruidos. En el caso del trabajo de Saramiel el sonido que puso daba un ritmo a esa especie de baile que dibujaba y estaba siempre en el borde entre sugerir un espacio y señalar un protagonista.
"Standing still like that was a great exercise in hearing indigenous sound; suddenly something in the background would become foreground, something small would become something big, something assumed to be "nothing" would graduate to "something", a valuable commodity. What was amazing was to discover that mechanisms in one's own brain had been suppressing the roomtone, reading it as silence, when in fact it was quite loud: traffic, gulls, wind in the trees, air conditioning units, plumbing. Reframing it as "roomtone" gave it a new dignity; instead of "sound pollution" or "a reason to raise my voice", it became something valuable; the original and organic sonic occupier of a space."
Momus, Roomtone
Ver también, Hell is other people music, Ubiquity is the abyss
miércoles, abril 19, 2006
ruido de fondo
Publicadas por Alejandro Martín a la/s 5:05 p. m.
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